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LOS CÁTAROS: LOS AUTÉNTICOS CRISTIANOS

Por el Q:. H:. Luis Valente Verdín Ruiz 

¿Quiénes eran los Cátaros?

 Los Cátaros se extendieron por el sur y el este de Francia, por media Italia, por un tercio de Alemania, por el Reino de Aragón y Cataluña e Inglaterra. Formaron comunidades e iglesias al contar con la aceptación de la población y de la nobleza. Sin embargo fue en el país de Occitania también llamado de Oc, al sur de Francia, en el condado de Toulouse, donde adquirieron mayor fuerza, al verse favorecidos con el surgimiento de los trovadores.

Esta religión  recogió los conceptos más humanos del cristianismo, sin dejar de tener su origen en el maniqueísmo evolucionado. Los Perfectos y Perfectas, que enseñaban ésta nueva doctrina, se consideraban herederos de los apóstoles de un Jesús espiritual, nunca material, por lo tanto nunca pudo morir en la cruz, tenían como libro máximo El Evangelio de San Juan, del que habían eliminado algunos pasajes.

El nombre de Cátaros (del griego "puro") lo recibieron de los católicos. Ellos mismos se llamaban cristianos o "Hombres Buenos". Y su manera de concebir la religión puede ser considerada como un evangelismo de la época.

Uno de los puntos centrales del propósito de vida cátara era la observación literal de los preceptos del Cristo y, especialmente de los del Sermón de la Montaña. Caracterizados por el rechazo total de la violencia, de la mentira, y del juramento, los Cátaros se mostraron a las poblaciones cristianas como unos predicadores de la Palabra de Dios.

Su doctrina enseñaba que existían dos principios antagónicos, eternos el uno como el otro, el bien y el mal, para ellos el mal poseía la misma fuerza que el bien, por eso jamás debía de ser ignorado por Dios. Atribuían la creación del mundo a un ángel malvado o Satán, y esto suponía que todo lo material representaba lo negativo, lo pecaminoso. Y la única forma de salvarse radicaba en imitar a Jesucristo, que por su condición de espíritu superior jamás pudo ser sacrificado. Sin embargo mostró al mundo el camino de la redención.

Los Cátaros predicaban el amor al prójimo como la mejor forma de vivir, con los siguientes principios, “No quieras para los demás lo que no quieres para ti”, “Comparte con los otros todo lo bueno que quieras para ti, pues nunca te encontrarás solo en los peores momentos". Con éstos principios se fomentaba la hermandad y no el egoísmo individual.

Se convirtieron en enemigos de la Iglesia romana, por el poder que habían alcanzado y sobre todo, al haber anulado a los curas de Langedoc hasta el punto de hacerlos desaparecer. Lo consiguieron sin violencia, sólo con la palabra y los actos más bondadosos.

Todo mérito de Perfecto o Perfecta consistía en que nunca mentía, todo lo que predicaba lo llevaba a la práctica, luego nunca se apoyaban en razonamiento hipócrita de “Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”, tan común en mucho sacerdotes. Otro de sus éxitos consistía en que trabajaba, no vivía de la caridad, aunque aceptasen donaciones, eran utilizadas para servicios de la comunidad.

“Predicaban con el Ejemplo”

El Origen del Catarismo

La religión que predicó Zoroastro se llamó Mazdeísta, ésta influyó en muchas otras, sabemos que Pitágoras hizo la suya, hasta el punto de transferírsela a Platón, el cual materialmente se encargó de trasladarla al pensamiento occidental.

La herencia del Sabio de Manes

Esta cultura se extendió primeramente hacia el este de Persia, es decir Asia Central, India, Bizancio, China. Pero también se extendió a través de la cuenca mediterránea por Egipto, Cartago, Túnez y la región de Constantinopla, para llegar finalmente a la Europa Meridional por Italia y España. Juzgados como peligrosos por la religión ortodoxa y por Roma, los maniqueos fueron masacrados y perseguidos, yendo de país en país en la búsqueda desesperada de un edén de paz y tolerancia.

Para que el pensamiento maniqueo sea mas inteligible habría que remontarse en el tiempo y situarse en el periodo que va del año 200 a.C. al siglo III d.C. A lo largo de 500 años, el mundo intelectual intentó resolver el pensamiento de los enigmas del universo. A partir de las enseñanzas del sabio Manes se encuentran los elementos que conciernen al descenso del espíritu a la materia.

Se produce la oposición maniquea Sombra/Luz, Materia/Espíritu, Mal/Bien, ambos de origen divino ya que proceden uno y otro de la divinidad creadora, de lo eterno. Se produce una lucha entre el Bien y el Mal. Los Maniqueos atribuían al Mal una existencia real. Concretamente era una sustancia, una fuerza que está en la base misma de la materia. La sustancia original es decir el fuego se dividió en dos raíces vivas: una la luz que se desprende para brillar, y la otra el fuego oscuro y el humo, que se consumen en si mismos y tienden a materializarse para volverse, en nuestro periodo terrestre, una suerte de escoria tenebrosa. La doctrina maniquea designa a este doble fenómeno con los términos de "terra lucida" es decir tierra de luz y "terra pestifara" o tierra de las tinieblas. Al demonio se le llamaba Hylé. Sin embargo posteriormente todo terminó en la progresiva racionalización de conceptos entre el Bien y el Mal lo que originó el nacimiento de la Doctrina Cátara.

La Sencillez de los Cátaros

Los Cataros renunciaban a los bienes materiales, a la pompa de una vida fastuosa, y practicaban indudablemente una verdadera fraternidad. Así los llamados "Revestidos" no poseían ningún bien terrenal, y al igual que los Esenios, vivían una existencia austera.

Se reunían principalmente en casas simples antes de la famosa persecución y posteriormente durante ella en simples cuevas o grutas, en los bosques. Y es que su concepción de la vida chocaba contra la fastuosa pompa de la Iglesia de aquellos tiempos.

Los Cátaros declamaban teorías que parecían abominablemente revolucionarias para algunos. Admitían la aplicación de Leyes Civiles para la defensa de un orden terrenal, el cual lo juzgaban provisional, pero rechazaban absolutamente las denominadas Leyes Penales.

Impregnados de una profunda sabiduría y paz interior, afirmaban que los hombres no tenían derecho a juzgar a otros hombres. Consideraban que los móviles humanos eran demasiado complejos y demasiado secretos, como para que los jueces pudieran conocerlos y apreciarlos de manera ecuánime.

Solo aceptaban para los culpables sanciones educativas y reformadoras, que debían de estar cargadas de amor para con los culpables, nunca de odio. Los castigos, según su consideración no debían hacer que los delincuentes se revelasen, sino despertar en ellos el deseo de la enmienda.

En aquellos siglos de violencia, los Cátaros rechazaban la Pena de Muerte y extendían el respeto por la vida a los mismísimos animales. Los Revestidos, para evitar la violencia, no debían llevar jamás armas, no debían librarse jamás a un combate sangriento, ni por lo tanto hacer la guerra.

Su Credo consistía en el trabajo y en la mejora de sus conocimientos, diversificando sus oficios, y enseñando a los demás a practicarlos. Cuando eran atendidos en las casas, pagaban su manutención ayudando en las tareas cotidianas de las mismas, reparando cosas rotas, trabajando en el campo, ayudando en las tareas domésticas.

Si eran pagados, utilizaban la mayor parte de las pagas en la reconstrucción de casas de los pobres y necesitados, predicando con hechos y no con palabras vanas y desnudas, el voto de pobreza.

La Iglesia Cátara estaba dividida en tres niveles: Creyentes, Consolados y Buenos hombres.

El CREYENTE es el oyente, él que viene a escuchar la práctica Cátara.  El grado de CONSOLADO es más difícil de definir. Hay el "simple consolado", es decir, el enfermo que ha recibido el sacramento de los moribundos y después ha sobrevivido, motivo por el cual, podría estar en espera de ser realmente bautizado. El "simple perfecto o perfecta", es el bautizado durante los períodos de paz y solamente tenía la potestad de decir la Plegaria, de bendecir el pan y de dar el consolamentum a los moribundos. 

El papel realmente sacerdotal, de la predicación solemne y del oficio del bautismo del espíritu, que se otorgaba al neófito o iniciado que llevaba mucho tiempo preparándose, y que estaba destinado a entrar en las Ordenes Cátaras, parece haber sido reservado únicamente, a una jerarquía de BUENOS CRISTIANOS o PERFECTOS llamados ANCIANOS, DIÁCONOS o OBISPOS.

Los Rituales Cátaros

 CONSOLAMENTUM.  

Sacramento de liberación del mal, es el bautismo espiritual de Jesucristo, y desarrolla un triple papel: evidentemente el bautismo, pero también la ordenación y la extremaunción.  

Suponía consagración y compromiso. El futuro cristiano recibía en primer lugar la Plegaria dominical, es decir, la facultad de dirigirse a Dios en primera persona, reconocido como uno de sus hijos, y solicitándole ser salvado del mal. A continuación su renuncia al mundo maligno, era sacralizada por la imposición de manos de los Buenos Hombres, que gritando invocaban sobre él al Espíritu Santo. Una vez bautizado, el postulante ya era cristiano o Buen cristiano. La Inquisición les llamará "perfectos" o "perfectas", en el sentido de ser ya un completo hereje (perfectus = acabado, concluido, completo.).  

En el momento de realizar esta ceremonia, profesaban una serie de votos de esencia monástica: en primer lugar, el de vivir a partir de aquel momento en comunidad, también el de recitar plegarias rituales durante las horas indicadas, de día y de noche, y en ocasiones concretas, y finalmente el de una doble ascesis, la de los votos de abstinencia y continencia (vida de castidad absoluta y además de los períodos de cuaresma y de ayuno ritual de pan y agua, cumplían una abstinencia total de cualquier alimento de origen animal, -con la excepción de la carne de pescado-).  

El perfecto o la perfecta, se comprometían a no cometer ninguno de los pecados que el Evangelio oponía a la ley de vida de Cristo, ya que la mínima falta estaba considerada pecado irreparable. Su máxima era: el más mínimo mal se convertía en el mal entero. Este era el motivo por el cual los cristianos bautizados con el Espíritu, concentraban toda su atención en no poner en peligro el sacramento salvador que les había salvado del mal.  

La muerte en estado de perfección, la muerte "consolado", era en el sentido propio de los Cátaros, el mejor final hacia el que se inclinaba el alma encarnada, con toda su voluntad de bien.  

MELHORAMENT. (mejoría, mejoramiento)  

Cuando un creyente cátaro encontraba a unos perfectos, les saludaba de una manera muy particular: practicando "el melhorament", acto que le servía para mejorar, es decir, le hacía progresar en el camino hacia el bien. Se inclinaba profundamente tres veces delante de ellos, y las dos primeras veces pedía:  

"Buen Cristiano (o Buena Dama), la bendición de Dios y la vuestra".  

La tercera vez añadía:  

"Señor (o Buen Cristiano o Buena Dama), rogad a Dios para que este pecador que yo soy, sea guiado hacia un buen final".  

SERVICE O APARELHAMENT.  

Es la práctica de una clase de penitencia pública y colectiva, en un acto de arrepentimiento de las faltas -necesariamente muy leves-, de las que se acusa una comunidad cátara o su propio anciano, delante de un representante de la jerarquía de la Iglesia.

ENDURA. (martirio directo)

Algunos creyentes Cátaros, ante la angustia de ver a su Iglesia bajo la amenaza de la persecución, y obsesionados por acelerarla liberación del alma, tendían a asimilar la muerte en manos de un perfecto, con un bautismo en la Iglesia de Cristo. 

Esta fue la causa que hizo que se multiplicaran, a finales del siglo XIII y principios del XIV, las prácticas que habrían motivado el origen de la leyenda, de este suicidio ritual mediante una huelga de hambre.

El despertar de la Gran Amenaza

Esta doctrina tuvo una gran difusión en la Región de Occitania, donde un nivel cultural más elevado facilitaba el desarrollo del espíritu crítico en los estamentos más doctos. Su ideal de justicia provocó la adhesión popular, y su ataque al poder temporal de la Iglesia suscitó las simpatías de la nobleza; una nobleza cansada ya del poder dominante y atenazador de Roma.

Y en estas tierras, los Cátaros se hicieron famosos, y poco a poco fueron siendo conocidos también con el nombre de albigenses, nombre que se tomó de la famosa ciudad de Albi. Ello también afectaba a otras ciudades como Toulouse de Languedoc, Narbona, Carcassona, Beziers y Foix, entre otras.

Esta situación no gustó ya desde el primer momento a la Iglesia Católica de Roma, y aunque se hicieron esfuerzos profundos por parte del Clero para llevar a los Cátaros a la ortodoxia católica, en ningún momento lo consiguieron sino que lograron que poco a poco crecieran sus adeptos.

La Iglesia intentó recurrir a las Ordenes religiosas para que pusieran orden, pero ni cistercienses ni dominicos lo consiguieron. El asesinato en 1208 de Pedro de Castelnou, legado pontificio, en extrañas circunstancias, dio margen al Papa Inocencio III a cambiar de táctica y utilizar la violencia en contra de los Cátaros.

Se inició así una verdadera cruzada contra los Cátaros. Esta cruzada fue una gran ocasión que se le brindó a la monarquía francesa del Norte para ocupar las tierras del Sur, más rico y civilizado. De esta manera la Iglesia consiguió adeptos que le ayudaran en el exterminio.

Esta violencia contra los Cátaros continuó años más tarde con los procedimientos empleados por la Inquisición y las posteriores hogueras colectivas ordenadas por los distintos brazos temporales de la Iglesia de Roma, para terminar con "gente indeseable y molesta" como para ella fueron en todo momento los Cátaros.

EN CONCLUSION

No ha existido jamás religión alguna que pueda ofrecer una lista más amplia de fieles que prefiriesen, mostrando una felicidad y una firme decisión, ser llevados a la hoguera antes que apostatar de sus creencias. Si la sangre de los mártires, fuese en verdad la semilla de las iglesias, el Catarismo tendría que haberse convertido en la religión dominante en toda Europa.

Para dudas y comentarios:

valennon@hotmail.com

 

BIBLIOGRAFIA

LOS CÁTAROS DE CARTER SCOTT

EDICIONES Y DISTRIBUCIONES MATEOS